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Capturas de ficción

Música para antes de nacer

Música para antes de nacer

Como estoy convencido de que la música es un perfecto vehículo de comunicación, además de una fuente ilimitada de placer y diversión, cuanto antes contribuyamos a que los demás la disfruten, mejor. Y esto incluye a las madres, quienes pueden intentar verse libres de las patadas y otros incómodos movimientos de los bebés al tiempo que desarrollan su sentido de la audición. ¡A ver si se tranquiliza de una vez....!

Sesudos estudios científicos afirman que escuchar música durante la gestación posee cualidades médicas y psicológicas. También comentan que el oído no se desarrolla hasta que el feto no alcanza las 20 semanas. Yo, por si acaso, lo haría desde el principio. Nunca se sabe.

La música más adecuada para este período, y en esto no voy a ser original, es la de Mozart. Confieso que no soy un gran amante de la obra del compositor salzburgués, pese a que reconozco su facilidad para lograr la perfección y la exquisitez de su lenguaje. Sí me confieso fan absoluto de sus óperas, del Réquiem y de algunos cuartetos y conciertos. Pero hasta ahí. Para el propósito que nos ocupa recomendaría a los papás y mamás el Concierto para Clarinete, una obra que cuando la escuchas te dan, sencillamente, ganas de vivir. Alguno de sus conciertos para piano y orquesta irán como anillo al dedo, en especial el nº21, con ese movimiento lento que no es de este mundo, o los nº 25 y 27, que destilan humanidad por los cuatro costados. Varios de los cuartetos de cuerda (los Haydn, por ejemplo) resultan perfectos por su sutil equilibrio sonoro y su musicalidad (un clásico, los interpretados por el Cuarteto Italiano) o la tópica, pero siempre socorrida Pequeña Serenata Nocturna.

Pero para aquellos más aventurados que se quieran desmarcar de las tendencias tópicas, apunten: la música para tecla de Bach (especialmente El Clave Bien Temperado y las Variaciones Goldberg), los cuartetos de cuerda de Mendelssohn, la música para piano de Mompou, las Gymnopédies de Satie o Carnaval de Schumann.

¿Una última delicatesen? la Suite Bergamasque de Debussy ¡les va a encantar a los dos!

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